Hace unos días, en el Facebook, me adherí al grupo "I was spanked as a child and I turned out fine" (o alguna cosa así) pero ¡oh, misterio de misterios! ¡mi membresía desapareció de la noche a la mañana sin decir agua va, así nomás! - ¿Creen que el Gran Hermano haya decidido que es políticamente incorrecto el hacerse parte de una colectividad tal?- Food for thought para los "conspiracionistas".
El caso es que desde ese día en que mi membresía a tal incorrecto club se borró, estoy pensando en iniciar yo misma uno (un club cibernético) similar: uno en el que manifieste si no mi orgullo, sí mi aceptación plena de que soy quien soy y como soy en gran medida por los cinturonazos, pescozones, jalones de orejas y pelos, cachetadón, nalgada, "cerrada de boca", chingadazo, putazo, madrazo o como queráis llamarlo que recibí amorosamente de mis señores padres (y alguno que otro incluso de un tío o abuela) mientras crecía (bueno, no mucho: del 1.50 m. -o sea los 5 pies- no pasé)... Pero lo inaudito, señores y señoras: la verdad es que agradezco cada blow recibido porque gracias a esas reprimendas físicas certeras fue que entendí la regla de oro de la vida: cuando haces algo mal, tienes que pagarlo (y mejor que lo pagues inmediatamente que a que después la vida se cobre con intereses y a destiempo, cuando ya no se puede aprender lección alguna)...
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Así empieza la entrada en mi blog personal (si les interesara leerla entera pinchar AQUÍ), pero no la copiaré toda en este blog porque es muy larga y... en realidad sólo quiero preguntarles: ¿cómo la llevan ustedes? Si son hijos de esa pedagogía del golpe, ¿cómo perciben el "time out" y los otros rollos en este país? ¿Les han puesto en apuros? ¿Ideas? Respuestas honestas por favor... que honestamente y a calzón quitado es que yo he escrito lo que pienso en la entrada larga de mi blog personal :)
Gracias,
irma
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